Clemente y compasivo es el SEÑOR, lento para la ira y grande en misericordia.
Vuestro Padre que está en los cielos… hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos.
Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados; y andad en amor, así como también Cristo os amó y se dio a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios, como fragante aroma.
Sed más bien amables unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, así como también Dios os perdonó en Cristo.
Puesto que en obediencia a la verdad habéis purificado vuestras almas para un amor sincero de hermanos, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro.
Pues el amor de Cristo nos apremia.
Antes bien, amad a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad no esperando nada a cambio, y vuestra recompensa será grande, y seréis hijos del Altísimo; porque El es bondadoso para con los ingratos y perversos.
Sed misericordiosos, así como vuestro Padre es misericordioso.
Sal. 26:3; 145:8 Mt. 5:45 Ef. 5:1,2; 4:32 I P. 1:22 II Co. 5:14 Lc. 6:35,36
No hay comentarios:
Publicar un comentario
La palabra de Dios alimenta nuestro espíritu.